Lunes 25 de marzo de 2011.Tiznit-Playablanca
Hoy es el gran día: llegaremos, si Alá lo permite, a Playablanca, nuestro objetivo final.
Salimos tempranito, sobre las 7 de la mañana. Patochuky ha estudiado la zona y si llegamos a las 10 h. encontraremos la marea lo bastante baja como para poder rodar por la playa.
Llegamos casi a la 10.30 h y tras buscar el acceso a la playa nos disponemos a cruzar la arena seca. No desinflar los neumáticos y los coches cargados hasta las trancas, serán la causa que se empancen en la arena algunos coches. Total que cuando conseguimos llegar a la arena mojada eran casi las 12 horas y la marea está subiendo rápidamente. ¿Qué hacemos? ¿Vamos por la playa? ¿ O por la pista paralela a la playa como aconseja Antonio?
Un breve intercambio y opiniones y decidimos continuar por la playa. Comienza la marcha por la zona alta de la playa sin llegar a la arena seca, pero muy cerca. Al poco comienzan los problemas: coches que se atascan en la arena, otros que se calientan y el de Patoplaya que entra en modo avería y se para. Todo un curso de desatascos en arena es el resultado de la decisión de seguir por la playa, pero al final conseguimos llegar a la desembocadura del rio Aureora.
Como atravesar con la marea alta la desembocadura de este río es arriesgado, decidimos hacer un alto y comer allí mismo.
Al poco aparece un pescador y apalabramos la cena de pescado a la brasa para esta noche.
Algunos se bañan en el mar, otros liban bebidas espirituosas, los menos descansan, Montoro juega con una cometa etc..., pero todos esperamos a que baje la marea y podamos circular por la playa.
Por fin baja la marea lo suficiente para que Edu se anime para hacer wakeboarding arrastrado por un coche desde la orilla. Dicho y hecho: Marta y Carlos se encargarán de tirar de él desde el Terrano y desde el coche de Discopato haremos una película.
De entrada, mientras Marta y Carlos esperan a que Edu se coloque, viene una especie de tsunami repentino y les da un buen susto. Incluso llegaron a subir las ventanillas del coche, por si acaso...
Edu hace una verdadera exhibición de navegación sobre la tabla a pesar de la dificultad que entraña la escasez de agua en la orilla, pero haciendo gala de una extraordinaria habilidad de equilibrio logra hacer una ida y vuelta gloriosas.
Por fin baja la marea del todo y podemos circular por la playa a toda pastilla. Era el momento más deseado de este Sahakuak: 30 kilómetros de playa virgen y absolutamente plana para nosotros. Velocidades de vértigo, fotos, películas, emisoras que echan chispas etc etc...hasta la entrada de la playa en la que nos hacemos una foto de grupo.
Regreso al campamento ya de una forma algo mas reposada y continuamos la marcha unos 3 kilómetros más para ver el barco varado que encontramos en 2004. Lástima, ya no queda casi nada de él. De camino vemos una ballena muerta.
Ha sido un día intenso, pero aún nos queda por disfrutar.
Nos adentramos un poco en la desembocadura del río para evitar el viento y junto a una gran duna establecemos el campamento donde vamos a pasar la noche.
El pescador con el que hemos apalabrado la parrillada de pescado aparece y hace las brasas. ¡¡¡ Uhmmmm, cómo huele ese pescado !!! . Lenguados, lubinas, doradas etc... forman parte del menú. Todo buenísimo.
Comienzan las libaciones nocturnas y el Equipo Patoazul nos da la segunda sorpresa del día: una suelta de globos como la del año pasado en el Dades, pero esta vez son globos de color amarillo y rojo, los colores de la bandera de España. Momento emocionante y patriótico, amenizado además con algunos fuegos de artificio.
Empiezan la música, los bailes, los chistes, etc...lo habitual en una noche de acampada.
Poco a poco nos vamos retirando a nuestras tiendas con la seguridad de que éste será uno de esos días que no olvidaremos.
Edu haciendo wakeboarding
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Creado por Juan Campllonch