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EL RÍO VERDE NOCTURNO
( 23 de octubre de 2010)
Hacía varios años que no hacíamos un descenso nocturno así que decidimos que si no hacía mal tiempo el 23 de octubre sería una buena fecha para bajar uno de los barrancos que más conocemos: el Río Verde.
Nada más iniciar el descenso de la pista nos cruzamos con un coche y ¡¡¡ sorpresa !!!, dentro viene Carlos Berrios con toda la familia. Paramos e intercambiamos saludos. Nos informa de que la Guardia Civil no les ha dejado aparcar salvo en una zona que han habilitado nada ms empezar la pista, lo que les ha obligado a una tan absurda como innecesaria caminata, gracias a la estupidez e incompetencia de algún talibán medioambiental. Esa medida que puede tener sentido en verano para la prevención de incendios, mantenerla todo el año no tiene más cometido que fastidiar a los que practicamos este deporte tan denostado por nuestras queridas autoridades medioambientales. Si es que salimos de Guatemala y nos metemos en Guatepeor...
Para los que piensen que esto del barranquismo es un deporte de chalaos, si les dices que además lo hacemos de noche y pensarán que estamos chalaos del todo. Pues no, no es cierto. O habría que tachar de locos a los espeleólogos ¿no?
Bueno..., a lo nuestro. La noche se planteaba estupenda: tendríamos luna llena, ausencia de viento, temperatura al inicio de unos 17 grados y todos los que íbamos teníamos un conocimiento profundo del Río Verde.
Así que a las 19’40 h. iniciamos el descenso. A poco de empezar tenemos nuestro primer contacto con el agua y comprobamos que no está especialmente fría. Continuamos nuestra marcha y, sobre todo al principio, tenemos algún despiste.
Marchamos a buen ritmo y sin incidentes que reseñar salvo que poco a poco vamos acumulando un cansancio mayor de lo normal a causa de la tensión que conlleva caminar con poca luz.
Por fin llegamos al final del barranco. Son las 23’10 h. Hemos tardado dos horas y media. No está mal.
La luna, que hasta ese momento no habíamos conseguido ver, aparece en todo su esplendor.
Nos quitamos el equipo de barranqueo y tras ponernos ropa seca tomamos el camino de vuelta. En poco mas de una hora y a la luz de la luna, hacemos el camino de vuelta, recuperamos el coche y nos vamos a la antigua gasolinera que está junto a Parador de la cabra Montes. Un SMS a la familia para que sepan que estamos bien y a reponer fuerzas con unos inmensos bocatas.
Para poner el colofón a este fin de semana, el domingo Salud, ayudada por Cris, nos obsequió con un almuerzo por todo lo alto: yuca, tostas de jamón serrano y setas, pimientos rellenos de corvina, gambones a la plancha, un reconfortante caldo gallego y de postre, buñuelos con helado. ¡ Leñes, qué menú!. Gracias guapetonas.
En resumen: descenso sin problemas, noche de luna llena con temperatura ideal, y como siempre los mejor: la compañía.
Hicimos este descenso: Marikilla (MK), Isa, Paco y Juan
P.D. Las fotos casi todas son de Paco porque el flash de mi cámara reflejaba las gotitas de agua en suspensión y salían unos reflejos que se cargaba las fotos
Creado por Juan Campllonch